Aunque te parezca mentira hay muchos tipos de toldos en el mercado y cada uno desarrolla una función muy concreta, te lo explicamos todo a continuación:
Toldos de brazo articulado: es un tipo de toldo que se suele instalar mucho, su instalación lleva dos brazos articulados. Esta característica hace que no sea uno de los toldos más firmes del mercado, pero dispone de otras muchas posibilidades. La gran ventaja de este toldo es que tiene una instalación mucho más manejable y puede colocarse en distintas posiciones, por lo que son ideales para grandes terrazas.
Toldos de punto recto: este tipo de toldos son los que más se suelen instalar. Se trata de un toldo que tiene unos brazos fijos, lo cual garantiza que la instalación abierta sea totalmente resistente al viento y a cualquier otra inclemencia del tiempo. De esta forma, la principal ventaja de este tipo de toldos en su firmeza y resistencia.
Toldos de capota: este tipo de toldos últimamente se está demandando mucho, su utilización se reduce normalmente a las ventanas. Este tipo de toldos ofrecen una mayor protección al sol que cualquier otro. La instalación de este toldo cubre toda la ventana, por lo que los rayos del sol no podrán entrar por ningún lateral.
Toldos verticales: este tipo de toldos se suelen utilizar para cerramientos o terrazas de hostelería. Este toldo se abre deslizándose hacia abajo en vertical y no sirve únicamente para protegernos del sol, sino que también es ideal para el viento.
Toldos con cofre: esta es la última innovación en cuanto a instalaciones de toldos. Estos toldos pueden tener el brazo articulado y cobre protector, lo cual es ideal para refugiar la lona y que no se estropee con el tiempo.
Como veis, cada uno cumple una función determinada, ahora solo tienes que pensar que necesitas y elegir la modalidad que mejor se adapte.
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